domingo, 22 de junio de 2008

La mitología griega

Introducción:

La mitología griega:


Se da el nombre de mitología griega al conjunto de relatos maravillosos y de leyendas de toda índole cuyos textos y monumentos representados nos muestran que circularon en los países de lengua griega, entre los siglos IX u VIII antes de nuestra era, época a la cual nos remiten los poemas homéricos, y el fin del “paganismo”, tres o cuatro siglos después de Cristo. Hay una inmensa materia, difícil de definir, de orígenes y caracteres muy diversos, que resulta haber desempeñado y desempeña todavía un papel considerable en la historia espiritual del mundo.
Todos los pueblos, en un momento de su evolución, se han procurado leyendas, es decir, relatos maravillosos a los que le han dado crédito por tiempo- al menos en cierto grado-. La mayoría de las veces, las leyendas pertenecen al dominio de la religión porque hacen intervenir fuerzas o seres considerados superiores a los humanos. Puesto que cada una de las acciones del héroe cuyas hazañas se relatan es creadora y acarreadora de consecuencias por las que se resiente el Universo entero, las leyendas se presentan entonces como un sistema, más o menos coherente, de explicación del mundo. A este tipo pertenecen los grandes poemas épicos religiosos de la literatura de La India.
En otros países el elemento épico es el que predomina. Sin duda, los dioses no están ausentes del relato donde su acción es apreciable, pero la génesis del mundo no se pone por ello en entredicho. El héroe se contenta con dar grandes golpes de espada, idear artimañas memorables (como Ulises con el Cíclope Polifemo), realizar viajes por países lejanos (Teseo contra el Minotauro), y aunque sobrepase la medida humana, sigue siendo de la misma esencia que la humanidad. A este tipo pertenecen sobre todo los ciclos legendarios de los celtas (el ciclo del Rey Arturo). También en otros lugares los relatos del mito han terminado perdiendo casi todo carácter maravilloso y se ocultan bajo la apariencia de la historia.
El mito en Grecia, participa de todas estas clases. Tan pronto se tiñe de historia, y sirve de título de nobleza a las ciudades o a las familias como se transforma en epopeya. Otras veces viene a recalcar o a explicar las creencias y los ritos de la religión. Ninguna de las funciones que, en otros lugares asume la leyenda, le es extraña. Pero aún hay más. La palabra griega que lo designa se aplica a cualquier historia que se pueda relatar, tanto el argumento de una tragedia o la intriga de una comedia como el tema de una fábula de Esopo. El mito se opone al logos como la fantasía a la razón, como la palabra que narra a la que demuestra. Logos y mithos son las dos mitades del lenguaje, dos funciones igualmente fundamentales de la vida del espíritu.
El mito no tiene un fin en sí mismo. Se cree en él o no, a capricho, por un acto de fe, si se le juzga “bello” o verosímil, o simplemente si se desea creer en él. El mito atrae así en torno suyo toda la parte irracional del pensamiento humano: está, en la naturaleza misma, emparentado con el arte en todas sus creaciones.
Para el griego, el mito no conoce fronteras. Se insinúa en todas partes. Es tan esencial para su pensamiento como el aire o el sol para su vida misma.

No hay comentarios: