domingo, 29 de junio de 2008

El burro, la mesa y el palo

1º 1º. Prácticas del Lenguaje. Prof. Rafael Fagonde


La mesa, el burro y el palo

Un sastre muy pobre tenía tres hijos y una cabra. La cabra les daba su leche y ese era todo su alimento. Pero era necesario llevarla todos los días a pastar donde hubiera buenos pastos y los muchachos se turnaban.
Un día, el mayor la llevó junto a la iglesia, donde había fino césped, y allí comió la cabra hasta hartarse. Cuando regresaron a la casa, al preguntarle el sastre a su hijo si la cabra había comido bien, éste respondió que sí, tal como el animal se lo había dicho. Pero al llevar el padre a la cabra al establo, le hizo la misma pregunta, y la cabra respondió:

Nada me había dejado
En ese campo pelado…

El sastre se enojó mucho porque su hijo mayor no había llevado a la cabra donde debía, y lo echó de la casa.
Al siguiente día ocurrió lo mismo con el segundo hijo.
La cabra salió con él, comió hasta hartarse, y cuando el sastre la llevó al establo, contestó de igual manera. Y el padre indignado echó de la casa a su segundo hijo.
Y cuando el hijo menor la llevó a un extenso prado de ricos pastos y la cabra comió bien hasta hartarse, volvió la malvada a contestar al sastre:

Nada me había dejado
En ese campo pelado…

El sastre echó de la casa al tercer hijo y se quedó solo con la cabra.
Tocóle a él el turno de llevarla a pastar, y la cabra comió a más y mejor. Y cuando el sastre, por curiosidad, le preguntó si había comido bien,¡La cabra tuvo la misma respuesta!
Entonces el sastre furioso, tomó sus tijeras y le rapó la cabeza, no sin antes darle una buena paliza.
La cabra huyó sin dejar rastros.
Y el sastre se quedó totalmente solo, muy apenado por sus hijos; pera ya nada podía hacer. Ni siquiera sabía dónde estaban.
Veamos qué había sido de ellos.
El mayor fue a parar a casa de un carpintero, en cuyo taller aprendió el oficio. Y cuando al cabo de unos años se despidió de su maestro, éste le regaló una mesita.
Parecía una mesita común, pero según le explicó el carpintero, era una mesa encantada.
Cuando se le decía:”Mesa, Cúbrete”, se ponía un mantel y se cubría de ricos manjares.
Y el joven se fue a recorrer el mundo con la mesa a cuestas.
Al cabo de un tiempo, sintió deseos de ver a su padre, y emprendió el camino del hogar. Pasó una noche junto a una posada iluminada, y entró allí para descansar.
La sala de la posada estaba llena de gente, viajeros que acababan de llegar y que lo invitaron a comer con ellos.
- Gracias- dijo el joven-. Pero seré yo quien los invite.
Todos se echaron a reír, pero dejaron de hacerlo cuando el muchacho puso su mesa en medio y dijo: “mesa, cúbrete”, e inmediatamente aparecieron sobre ella los platos más exquisitos.
El posadero abrió mucho los ojos al ver aquel milagro, y pensó que no le vendría mal tener esa mesa en su posada.
Y cuando todos se fueron a dormir, bajó del desván una mesita parecida que él tenía, y con mucha cautela la cambió por la del joven.
El muchacho partió al día siguiente sin advertir el cambio. Siguió su camino y llegó por fin a casa de su padre que se puso muy contento de verlo.
Contóle el muchacho que se había hecho carpintero y que su maestro le había regalado una mesa maravillosa.
-Ya la verás- le dijo a su padre, que no quería creerlo.
Invitaron a los vecinos, y cuando todos estuvieron reunidos, dijo el muchacho: “Mesa, cúbrete”.
Nada ocurrió, y los vecinos se burlaron de él, volviendo a sus casas sin comer.
El sastre movió la cabeza y siguió cosiendo, en tanto que su hijo, perdida aquella riqueza, consiguió trabajo con otro maestro carpintero.
El segundo de los hijos había ido a parar a casa de un molinero. Y cuando el joven terminó el aprendizaje, su maestro le regaló un burro, aparentemente tan débil que no servía ni para llevar la más pequeña carga.
- Pero es mágico- le explicó el molinero-. Si le pones una bolsita bajo el hocico y le dices: “burrito de seda, dame una moneda”, escupe tantas monedas de oro como le pidas. Puedo asegurarte que no se cansa nunca.
Y allá partió el muchacho con su burro mágico, y siempre encontró ayuda con el noble animal.
Un día sintió deseos de ver a su padre y emprendió el camino a casa. Y pasó por la misma posada donde estuviera su hermano.
Como se empeñara solamente él de ocuparse de su burro, el posadero lo espió y vio que en su establo el burro escupía monedas de oro que el joven guardó para pagar su alojamiento.
Ni corto ni perezoso, esperó la noche el posadero y cambió el burro por otro común.
Cuando llegó a casa de su padre, lo recibió éste con mucha alegría y escuchó lo que el muchacho le contaba de sus andanzas. El joven concluyó presentándole a su burro mágico.
Salió el sastre a llamar a sus vecinos, y cuando todos estuvieron reunidos, dijo el muchacho: “Burrito de seda, dame una moneda”. Y el burro ni se movió.
Con lo cual los vecinos se fueron enfadados y burlándose del tonto sastre que todo se lo creía.
El pobre hombre volvió a su costura, y su hijo se empleó en un molino cercano.
El tercer hijo trabajó con un tornero, oficio que no llegó a dominar por lo cual decidió regresar a su casa.
Había tenido noticia de la vuelta de sus hermanos y de lo que había ocurrido, y quería estar ya en su hogar para ayudar a mantenerlo.
El tornero, que lo estimaba, al despedirse le regaló un palo.
Era una vara común metida en una bolsa, pero según le explicó su maestro, bastaba ordenarle: “¡Palo, sal del saco!, para que el palo se pusiera a bailar sobre las espaldas de quien se le pusiere a tiro.
El muchacho emprendió el camino de su casa, y varias veces tuvo que poner a prueba el palo, que siempre salió en su defensa cuando alguien lo atacaba, volviendo a meterse en la bolsa cuando él se lo ordenaba.
Y allí llegó a la posada por donde habían pasado sus hermanos.
Sabía la historia de lo que había ocurrido, y sentándose en medio de la gente, teniendo cuidado de que lo oyera el posadero, dijo:
- Hay gente que dice que tiene mesas mágicas o burros que dan oro, y mil cosas por el estilo. Pero nadie tiene nada tan maravilloso como lo que yo llevo en esta bolsa. Seguro estoy que nadie ha visto nunca nada semejante.
El posadero paró la oreja, y no quitó el ojo de la bolsa que guardaba aquel tesoro. Seguramente, pensó, son piedras preciosas. Esperó pacientemente a que llegara la noche, y con mucho cuidado se deslizó en el cuarto del muchacho. Pero el joven, sabiendo lo que iba a ocurrir, se había mantenido despierto, y apenas entró el posadero con la vieja bolsa que pensaba poner en lugar de la otra gritó:
-¡Palo, sal del saco!
Al instante, la gruesa vara salió de la bolsa y se puso a moler las costillas del posadero con tanta fuerza y rapidez, que nada podía hacer el desvergonzado para frenarlo. Hasta que al fin, tirado en el suelo rogó al joven que terminara el castigo.
Así lo prometió éste, siempre que le devolviera la mesa y el burro que había robado a sus hermanos. Y el posadero no tuvo más remedio que dárselos, porque ya había probado demasiado el sabor del palo en las costillas.
Cuando el joven tornero llegó a su casa, fue recibido con mucha alegría por su padre y sus hermanos mayores, que preguntaron qué había sido de su vida.
- Trabajé de tornero-dijo- y mi maestro me regaló este palo. Mírenlo, no es más que un palo común según parece. Nada más.
-¿Sólo eso?- exclamó decepcionado su padre, mirando aquella simple vara.
Pero el joven explicó que era un palo mágico y que con él se harían ricos. Porque gracias a él había recuperado la mesa maravillosa y el burro encantado. El sastre apenas podía creer lo que oía, pero por fin llamó a sus vecinos. Vinieron todos, y puesta la mesa en el medio, dijo el hermano mayor:”Mesa, cúbrete”, y la mesa se llenó de manjares y bebidas, y se dieron un festín. Tocó el turno al segundo hermano, que trajo a su burro y le dijo:”Burrito de seda, dame una moneda”. Y tantas escupió el burro, que todos se llevaron los bolsillos llenos.
Así fue como el sastre pudo dejar su pesado trabajo, ya que con la ayuda de sus hijos no tuvo entonces ninguna penuria. Los cuatro siguieron viviendo juntos, muy felices.

domingo, 22 de junio de 2008

Imagen El camino del héroe


TRabajo Práctico

Prácticas del Lenguaje
Trabajo Práctico. Curso: 1º 1º.
Profesor: Rafael Fagonde

La Odisea. Canto o Rapsodia 9.

La Odisea, junto a La Ilíada, representa a la excelsa literatura griega del período arcaico, con sus dioses, héroes y cuestiones humanas, que los enfrentan en aventuras y dilemas éticos y morales.
Ambas obras se le atribuyen a Homero, poeta épico que vivió ocho siglos A.C.
La Odisea está consagrada a Ulises, Rey de Itaca, hijo de Laertes y Anticlea y a su regreso a su a hogar. El héroe, tras pelear diez años contra Troya, pasó otros diez errando hasta poder retornar a su patria. Durante esos años, su fiel esposa, Penélope, esperó pacientemente noticias de él, mientras que su hijo Telémaco llegó a la madurez sin conocer a su padre. Mientras tanto, perseguido por Poseidón y protegido por Palas Atenea, Ulises fue de desgracia en desgracia, llevado por la adversa fortuna, unas veces por su propio error, otras veces por el de sus hombres, hasta que losa dioses se apenaron del valiente marino y le dejaron llegar a Itaca.
Ulises representa al ingenio, a la astucia para encontrar una salida, no duda en mentir para engañar a sus enemigos, hacerles creer cualquier patraña y salir bien parado. El fue el de la idea del caballo de Troya, que posibilitó a los aqueos a franquear los muros de Troya (Illion), para alzarse con la victoria de aquella larga guerra.
En el Canto o Rapsodia 9, Ulises narra al Rey Alcióon las peripecias sufridas por él y sus hombres, desde la partida de Troya. Narra la batalla con los Cicones, en donde varios compañeros de Ulises mueren, debiendo huir para salvar su vida y la de sus hombres.
Una tormenta imprevista se abate sobre los griegos. El viento soplará durante siete días y arrojará a la flotilla a un mar diferente del que había surcado hasta entonces. En lo sucesivo Ulises no sabrá dónde está ni volverá a encontrar pueblos como el de los Cicones, guerreros hostiles pero semejantes a él. De alguna manera cruza la frontera del mundo conocido, el oikoumenos humano, para entrar en un espacio de no humanidad, un mundo del más allá. A partir de ese momento, Ulises sólo se encontrará con seres de naturaleza casi divina como Circe o Calipso, que se alimentan de néctar y ambrosía, o de monstruos subhumanos como el Cíclope Polifemo o los Lestrigones, caníbales que se alimentan de carne humana.
Para los griegos, lo propio del hombre, que lo define como tal, es comer pan y beber vino, tener un cierto tipo de alimentación y reconocer las leyes de hospitalidad (muy importantes para la época), recibir al forastero en vez de devorarlo. El universo donde la tormenta ha arrojado a Ulises y a sus compañeros es precisamente lo contrario del mundo humano normal.
Luego de la tempestad, desembarcan en una tierra extraña. Para abastecerse de provisiones y agua, Ulises manda a varios hombres para explorar la tierra y ponerse en contacto con los habitantes del lugar. Estos son los Lotófagos (comedores de loto). Los hombres se alimentan de pan y vino. Si comen la delicada flor del loto, se olvidan de todo, no recuerdan su pasado. Dejan de vivir como los hombres, con el recuerdo de su pasado y la conciencia de quiénes son.
Al regresar con Ulises, sus hombres no recuerdan quiénes son, y no quieren abandonar esa tierra. El héroe los tomará por el cuello, y obligándolos a embarcar abandonarán esa tierra, que es el país del olvido.
A lo largo de todo el viaje, en cada momento el olvido, la pérdida de memoria de la patria y el deseo de regresar serán el trasfondo de todas las aventuras de Ulises y sus marinos. Estar en el mundo humano significa vivir bajo el sol, ver al prójimo y ser visto por éste, vivir en reciprocidad, recordar quién es uno y quiénes son los demás. Allí, por el contrario, penetran en un mundo donde las potencias nocturnas, extenderán gradualmente su sombra siniestra sobre el héroe y sus hombres.
La isla de los lotófagos queda atrás. Una bruma envuelve la nave, los remeros no saben hacia donde se dirigen. Finalmente llegan a un islote desconocido. La isla está rematada por un promontorio donde habitan esos gigantes monstruosos, que tienen un solo ojo en medio de la frente: Los Cíclopes. Su nombre proviene de kyklos (círculo) y ops (ojo). Independientes de toda ley, vivían de los frutos que les daba la tierra sin cultivo, y eran pastores.
Ulises deja al abrigo de una caleta el navío y con doce hombres asciende a la cima de la colina. Entran en una enorme cueva, donde descubren canastos con quesos y majadas de cabras. Los compañeros de Ulises sólo quieren robar algunos quesos y huir, pero él no. Quiero conocer al habitante del lugar. Ulises no sólo es el hombre que debe recordar, también aquel que quiere ver, conocer y experimentar todo lo que pueda ofrecerle el mundo, inclusive ese mundo infrahumano al cual ha sido arrojado. Su curiosidad siempre avanza un poco más allá, y en esta situación ella puede destruirlo. Llega el Cíclope, con sus cabras y corderos, y entran a la cueva. El cíclope es enorme. Al principio no advierte a estos hombrecillos como pulgas, ocultos en los rincones de la cueva, temblando de miedo.
De golpe los descubre y le pregunta a Ulises, que se ha adelantado a los demás
-¿Quién eres?
El griego responde con mentiras:
- He perdido mi nave, naufragamos, estoy a tu merced y vengo a implorar tu hospitalidad.
El Cíclope responde que no le interesan sus historias, toma a dos de sus hombres, los arroja contra la roca, los destroza y se los come crudos. Los demás quedan paralizados de terror y Ulises se pregunta en qué situación se ha metido. No pueden huir, ya que el monstruo cerró la boca de la cueva con una piedra gigantesca. Al día siguiente, el cíclope devora a cuatro de sus hombres, dos por la mañana y dos por la noche. Ulises ha tratado de engatusarlo con palabras, y entre los dos se establece una suerte de hospitalidad. Para crear una situación de hospitalidad, es habitual que cada uno diga al otro quién es, de dónde viene, quienes son sus padres y cuál es su patria. El cíclope se llama Polifemo. Ulises se presenta como Outis (nadie)
Outis, Nadie- exclama Polifemo. Ya que eres nadie, te comeré a lo último. Ulises le devuelve la cortesía obsequiándole un vino dulce, regalo del sacerdote Marón.
Luego de beber varios odres, el gigante se duerme. Ulises y sus hombres, tallan una punta en un gran tronco de olivo, lo calientan al rojo vivo en la hoguera, y se lo clavan en el único ojo del cíclope. Este, aullando de dolor, ciego, exclama ¡ Me están matando, nadie me está matando! Los cíclopes vecinos, que vive cada uno en un lugar distinto, se acercan alertados por los gritos.
- Polifemo ¿Qué te ocurre?
- Nadie me está matando.
- Pero si nadie te está matando ¿Por qué nos fastidias con tus gritos?- y se van.
Con otro truco de Ulises, logran salir de la cueva bajo los vientres de los carneros del gigante. Descienden por las laderas hasta alcanzar el barco. Sueltan amarras, y se alejan de la costa.
Ulises no puede resistir el placer de la jactancia y la vanidad, le grita a Polifemo:
Cíclope, si te preguntan quién te ha cegado, diles que fue Ulises, hijo de Laertes, Ulises de Itaca, saqueador de ciudades, vencedor de Troya, Ulises fecundo en ardides.
Naturalmente, quien escupe contra el viento se moja la cara. Porque el cíclope es hijo de Poseidón, el gran dios de todas las olas. El gigante herido lanza una maldición solemne contra Ulises, que sólo es válida si se indica el nombre de su destinatario. Si hubiera dicho “nadie”, tal vez la maldición hubiera quedado sin efecto, pero el cíclope revela el nombre de Ulises a Poseidón y clama por venganza: que Ulises no pueda volver a Itaca sin padecer mil sufrimientos, sin perder a todos sus camaradas y su nave, como un náufrago solitario y extraviado. Si alguna vez ha de volver a su patria, que lo haga como forastero, sobre un navío ajeno, no como el navegante que hace su regreso esperado al hogar en su propia embarcación. Al cegar al cíclope, dejándolo en la oscuridad, el dios del mar le hará recorrer a Ulises la ruta de todo lo que es nocturno, oscuro y siniestro.


Cuestionario:

1) En la versión de Ana María Shua ¿Quién es el narrador?
2) ¿Qué ocurre luego de la batalla con los Cicones?
3) La curiosidad de Ulises desencadena una fatalidad ¿Cuál?
4) ¿Por qué el marino se presenta como alguien llamado Nadie?
5) ¿Qué maldición lanza el cíclope?
6) ¿Qué dioses intervienen en el destino de Ulises y sus hombres?
7) Por último, elabora una reflexión personal acerca del Canto 9.

Planificación Anual Prácticas del Lenguaje. 1º 1º ESBT

Planificación Anual para 1º 1º ESBT. Marzo 2008

Fundamentación:

Cuando se usa el lenguaje se pone en juego una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva. Por medio de éste, todos participan de la vida social y a su vez construyen su individualidad, expresan sus ideas, defienden sus derechos, discuten con los demás, entablan relaciones afectivas, trabajan, influyen sobre los otros, se informan y organizan sus pensamiento.
Hoy en día, el lenguaje no puede ser tomado como una cosa homogénea y estable. Como hecho social, tiene complejos matices y variaciones. Dichas variaciones y colores propios se muestran en nuestros alumnos. Alumnos de 1º Año de la ESB que traen consigo las representaciones del mundo propias y de su entrono social mediato e inmediato.
En tiempos en que la comunicación es inmediata, vía Internet o celular, con su propia codificación, debemos como docentes de Práctica del Lenguaje adaptarnos a esa realidad, y a la vez mostrarles formas quizás más normalizadas pero en vigencia. Las prácticas del lenguaje se constituyen sobre determinadas reglas particulares que nacen de usos y costumbres, es decir, de la historia que tiene un discurso. Las formas más o menos estables que han adquiridos los géneros son históricas, así como su forma de leerlos es, además de histórica, social.
La multiplicidad de producir e interpretar textos es infinita. Por tal motivo, los alumnos deben aprender las formas más estandarizadas que les permitan interactuar en distintos ámbitos.



Propósitos generales:

Se desarrollará a través de las estrategias referidas en el Diseño Curricular para la Educación Secundaria 1º Año lo siguiente:
° Internalizar las prácticas del lenguaje en los ámbitos de la literatura, de estudio y de la formación ciudadana.
° Disposición, participación y colaboración en clase y fuera de ella. Fomentar un clima de trabajo comprometido, interdisciplinario, con respeto hacia el Acuerdo Institucional de Convivencia y de las normas de la institución.
° Desde los tópicos pertinentes del área, los alumnos deberán poner en práctica producciones de discursos escritos y orales, intercambiando y socializando sus creaciones.


Expectativas de logro:

Se pretende que al finalizar el ciclo lectivo las alumnas y los alumnos logren:

° Leer utilizando diversas estrategias.
° Escribir utilizando y respetando las convenciones ortográficas más usuales.
° Interpretar información de distintos medios de comunicación, en distintos soportes.
° Leer, comprender y analizar distintas topologías textuales.
° Establecer la intertextualidad de los textos leídos con la vida cotidiana.
° Reflexionar acerca de los valores en la literatura.


Estrategias didácticas:

Para trabajar ciertos aspectos específicos, características y reglas propias de la lectura, oralidad y escritura se implementarán las siguientes estrategias didácticas:

En la lectura:

° En la medida de lo posible, se trabajará con textos, no con fotocopias, dados por el docente y con los aportes que las alumnas y alumnos sugieran o realicen.
° Lectura en voz alta por parte del docente, mostrando las adecuadas estrategias del lector adulto.
° Lectura de diversos textos, encuadrados en diversas situaciones comunicativas.
° Lectura individual y grupal en voz alta. Se tratará de vencer la resistencia y la falta de práctica con actividades amenas, superando las dificultades.
° Lectura funcional. Hipotetizar, anticipar, verificar, releer, resumir.
° Lectura individual silenciosa, para favorecer la concentración y las interpretaciones personales y de comprensión.


En la escritura:

° Crear borradores de trabajo en la escritura, para corregir la producción respetando cuestiones del lenguaje: normativa, sintaxis, coherencia y cohesión.
° Producción de textos diversos, según distintas situaciones comunicativas.
° Reflexión, y observación de textos modélicos con el propósito de descubrir características, géneros y formatos.
° Intervención del docente en la corrección de los textos individuales. Presentación adecuada de los textos: legibilidad, ortografía y adecuado uso de la norma.
° En lo gramática apuntar a una reflexión metalingüística que oriente y muestre las distintas estructuras sintácticas, semánticas y morfológicas propias de cada tipo textual.
° En lo ortográfico, desde la etapa diagnóstica se despejarán dudas y se reforzarán las reglas necesarias para las producciones orales y escritas.


En la oralidad:

° Reconocer la lengua estándar. Cronolectos y sociolectos en diversas lecturas.
° Utilizar léxico pertinente. Agregar vocablos: uso de sinónimos. Utilización del diccionario en clase.
° La dicción en poesía, cuentos cortos, relato de mitos.


Contenidos:

Las prácticas del lenguaje han sido agrupadas en tres ejes que suponen tres ámbitos de uso del lenguaje: Prácticas del Lenguaje en el ámbito de la literatura, Prácticas del Lenguaje en el ámbito del estudio y Prácticas del Lenguaje en el ámbito de la formación ciudadana.
Los contenidos se desarrollarán desde enfoques globalizadores.



























La literatura, el estudio y la formación ciudadana





Texto ficcional. El cuento. Las partes del mismo. El tema. Los personajes. El narrador. Tipos. Producciones propias: cuentos de terror.
La novela como especie literaria. Estructura clásica y otras contemporáneas. Autores. Lectura de fragmentos de novelas.
Repaso: reglas de acentuación, palabras graves, agudas esdrújulas y sobreesdrújulas. Tilde diacrítica.


El estudio y formación ciudadana





Estrategias de lectura. Idea principal y secundaria, tema y rema. Ejemplos sobre cuentos y novelas. Lectura en voz alta. Tonos.
Planos semánticos, morfológicos y sintácticos de las clases de palabras. El adjetivo y el sustantivo.
La literatura, el estudio y la formación ciudadana.




Mitos y leyendas universales y americanas. El camino del héroe.
Origen del teatro en Grecia. Lectura en voz alta: interpretación, fluidez y nitidez. El contexto histórico de la obra. Lectura modelo y compartida. Ideas principales y secundarias.
El estudio y la formación ciudadana.





La reseña. Estructura. Coherencia y cohesión. Resumen. Cuadros comparativos. Uso de los pronombres. Persona y número de los verbos. Tiempos verbales del modo indicativo. Verbos regulares e irregulares. Correlaciones verbales. Tiempos en la narración. Sujeto: modificador directo, modificador indirecto, aposición y construcción comparativa.
La literatura, el estudio y la formación ciudadana.





El texto teatral. El conflicto. Puesta en escena. Los modificadores del verbo. Lectura e interpretación teatral. Análisis y reflexión de conflictos. El cuadro comparativo
El estudio y la formación ciudadana.





El texto instructivo. Organización gramatical. Oraciones, conectores, verbos. Búsqueda y lectura: reglamentos, recetas, instrucciones de armados de piezas mecánicas. La noticia. Medios masivos de comunicación: diario, semanario, Internet. Interpretación de los mensajes. Uso de diccionario y manuales de la biblioteca.
Bibliografía





Primer Trimestre: Selección de cuentos.
Segundo Trimestre: Vernaunt Jean Pierre, “Érase una vez: el universo, los dioses, los hombres”Fondo de Cultura Económica, 1999
La posada de las dos brujas, El copartícipe secreto, Conrad Joseph, Estrada, Buenos Aires, 2004
Tercer Trimestre: Otra vuelta de tuerca, James Henry, Anaya, Buenos Aires, 2004


Evaluación:

La evaluación será procesual. Se tomará en cuenta los logros en los aprendizajes, la superación de las propias dificultades, y la transferencia a nuevos problemas de lo adquirido en la tarea cotidiana del aula.
Se tendrán en cuenta las siguientes pautas:
° Una evaluación al finalizar la etapa diagnóstica. Se observará la predisposición grupal e individual para el aprendizaje, ajustando las estrategias didácticas.
° Una evaluación en proceso, que incluirá el trabajo del alumno durante la clase, la apropiación de los contenidos y la resolución de los trabajos prácticos. La oralidad y el desempeño escrito serán tenidos en cuenta: uso de las normas ortográficas, coherencia y cohesión, buena presentación de la producción escrita.
° Evaluación escrita al término de cada trimestre. Sólo será evaluado los aprendizajes dados en clase, y no los propios de la investigación de los trabajos prácticos.
° Se espera y propende un clima de trabajo respetuoso, en donde se respeten las ideas y las opiniones de los alumnos, expresadas con buena argumentación y fundamentación.



Recursos:

Pizarrón, láminas, libros, DVD, música, mapas, material periodístico, revistas de historietas, fotocopias, uso de Internet, guías de investigación.


Bibliografía:

Barrenechea Ana, Las clases de palabras en español como clases funcionales, Paidós, Buenos Aires, 1986.
Antología de cuentos del docente.
Cassany D. y Otros, Enseñar lengua, Grao, Barcelona, 1996
Jean Pierre Vernant, Érase una vez… El universo, los dioses, los hombres, Fondo de Cultura Económica, México, 1999
Sófocles, Antífona, Edipo Rey, Ediciones Clásicas, Buenos Aires, 1996
Selección de textos instructivos, material periodístico.
James Henry, Otra vuelta de tuerca, Anaya, Buenos Aires, 2004
Conrad Joseph, La posada de las dos brujas, El copartícipe secreto, Estrada, 2004
Revista El Péndulo, Ediciones de la Urraca, Buenos Aires, Nº 4, Octubre 1981
Cuentos para seguir creciendo, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, EUDEBA

La casa de Asterión, Jorge Luis Borges


Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno que otro, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Loas enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he imaginado eso juegos, también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes, la casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris, he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor, Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
-¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.

El mito de Teseo y el Minotauro

El mito de Teseo y el Minotauro

Teseo era hijo del Rey de Atenas, Egeo. Esta ciudad padecía por entonces una gran penuria anunciada ya por el oráculo.
Minos, el Rey de Creta, había vencido a los atenienses en una guerra y les había impuesto un castigo terrible. Cada siete años, los habitantes de Atenas debían enviar a siete jóvenes y a siete doncellas para ser devoradas en Creta por el Minotauro.
El Minotauro era un terrible monstruo, con cuerpo fuerte de hombre y cabeza de toro, y se alimentaba de carne humana. Tal era su ferocidad, que el Rey Minos encargó al famoso arquitecto Dédalo, la construcción de un complejo laberinto, al cual se podía entrar, pero no salir.
Atenas pagó tres veces el sangriento tributo, pero a la cuarta vez, Teseo se ofreció como voluntario entre los siete jóvenes, para acabar con él.
Preocupado, su padre Egeo le pidió.
- Teseo, hijo bienamado, que los dioses te protejan. La nave que te conduce lleva velas negras. Cuando regreses vencedor del Minotauro, cámbialas por velas blancas. De ese modo, a la distancia, conoceré la noticia de tu victoria.
Teseo prometió a su padre que así lo haría, y zarpó en una nave junto a los otros jóvenes rumbo a Creta.
El poderoso Rey Minos recibió a los atenienses. Deseaba conocer al joven Teseo, de cuya valentía había oído hablar. Para impresionarlo, le dijo de modo burlón mientras arrojaba al agua su anillo:
- Me han dicho, Teseo, que el dios Poseidón te tiene bajo su protección. Si es cierto, díle que te ayude a recuperar ese anillo.
Teseo le respondió:
- Demuestra tú primero que el mismo Zeus, padre de todos los dioses, te tiene bajo su protección.
Zeus, que realmente era protector de Minos, no se hizo esperar: arrojó desde los cielos rayos y truenos que iluminaron el mar, levantando olas gigantescas que sacudía la nave donde estaba Teseo.
El héroe se arrojó al mar. Allí, el dios Poseidón lo recibió con alegría. Estaba sentado sobre un carro de oro y joyas tirado por bellas ninfas marinas. A un leve gesto del dios, un pez azulino velozmente recuperó el anillo del fondo del mar. Segundos después, Teseo emergió del mar con el anillo en una de sus manos y frágiles estrellas en la otra.
Los atenienses debieron esperar al día siguiente para combatir con el Minotauro.
En la noche, Ariadna, la joven hija de Minos, impresionada por la hazaña de Teseo, se acercó hacia él, deslumbrada por su belleza.
- Valeroso Teseo, podrás vencer a la bestia con tu valor y tu espada, pero nunca lograrás salir del laberinto. Te entrego este ovillo de hilo mágico. Ata la punta a la entrada del laberinto y consérvalo en tu mano. El hilo se irá desenrollando cuando avances por los corredores del laberinto. Cuando desees regresar, te bastará seguir el hilo para encontrar la salida.
A la mañana siguiente Teseo entró primero en el laberinto. En una mano llevaba la espada de su padre, en la otra el ovillo de Ariadna.
Desde lejos escucho el bramido de fuego del Minotauro, pero sólo se enfrentó con él después de llegar al centro mismo del laberinto.
El combate duró largas horas. La bestia arremetía contra el joven, clavándole sus cuernos, y golpeándolo con fuerza sobrehumana. Teseo resistió los golpes y las heridas. Cuando logró separarse del animal, tomó fuerzas, se lanzó contra él con la espada en alto y le atravesó el corazón. El Minotauro cayó muerto sin exhalar ni un suspiro.
Teseo siguió el hilo de Ariadna para hallar la salida. Ella y los jóvenes y las doncellas atenienses que se habían librado de una muerte horrible abrazaron al Héroe. Sigilosamente, subieron a bordo de la nave y esa misma mañana huyeron hacia Atenas. Ariadna viajaba junto a Teseo.
Al llegar a la isla de Naxos, algo interrumpió su felicidad. Dionisio, uno de los dioses del Olimpo, vio a la princesa y deseó inmediatamente casarse con ella. La joven se despidió de Teseo llorando.
Los atenienses siguieron viaje sin dejar de festejar la victoria sobre el Minotauro. El recuerdo de la partida de Ariadna hizo olvidar a Teseo la promesa hecha a su padre. La nave avanzaba hacia Atenas con las negras velas desplegadas. Desde el borde de un barranco, Egeo divisó el navío. Su alma se estremeció de dolor al pensar que su amado hijo había muerto en Creta. No pudiendo soportar la pena, Egeo se arrojó al mar, a ese mar que baña las costas de Grecia y que, desde entonces, lleva su nombre.
Al desembarcar, Teseo se enteró de la muerte de su padre. En medio de la tristeza, Teseo fue proclamado Rey de Atenas. Fue un Rey bueno y justo, pero su reinado estuvo coronado de luchas y tragedias, como su vida, signada desde su nacimiento por la gloria y la sombra de la desgracia.


Adaptación de Rafael Fagonde

La mitología griega

Introducción:

La mitología griega:


Se da el nombre de mitología griega al conjunto de relatos maravillosos y de leyendas de toda índole cuyos textos y monumentos representados nos muestran que circularon en los países de lengua griega, entre los siglos IX u VIII antes de nuestra era, época a la cual nos remiten los poemas homéricos, y el fin del “paganismo”, tres o cuatro siglos después de Cristo. Hay una inmensa materia, difícil de definir, de orígenes y caracteres muy diversos, que resulta haber desempeñado y desempeña todavía un papel considerable en la historia espiritual del mundo.
Todos los pueblos, en un momento de su evolución, se han procurado leyendas, es decir, relatos maravillosos a los que le han dado crédito por tiempo- al menos en cierto grado-. La mayoría de las veces, las leyendas pertenecen al dominio de la religión porque hacen intervenir fuerzas o seres considerados superiores a los humanos. Puesto que cada una de las acciones del héroe cuyas hazañas se relatan es creadora y acarreadora de consecuencias por las que se resiente el Universo entero, las leyendas se presentan entonces como un sistema, más o menos coherente, de explicación del mundo. A este tipo pertenecen los grandes poemas épicos religiosos de la literatura de La India.
En otros países el elemento épico es el que predomina. Sin duda, los dioses no están ausentes del relato donde su acción es apreciable, pero la génesis del mundo no se pone por ello en entredicho. El héroe se contenta con dar grandes golpes de espada, idear artimañas memorables (como Ulises con el Cíclope Polifemo), realizar viajes por países lejanos (Teseo contra el Minotauro), y aunque sobrepase la medida humana, sigue siendo de la misma esencia que la humanidad. A este tipo pertenecen sobre todo los ciclos legendarios de los celtas (el ciclo del Rey Arturo). También en otros lugares los relatos del mito han terminado perdiendo casi todo carácter maravilloso y se ocultan bajo la apariencia de la historia.
El mito en Grecia, participa de todas estas clases. Tan pronto se tiñe de historia, y sirve de título de nobleza a las ciudades o a las familias como se transforma en epopeya. Otras veces viene a recalcar o a explicar las creencias y los ritos de la religión. Ninguna de las funciones que, en otros lugares asume la leyenda, le es extraña. Pero aún hay más. La palabra griega que lo designa se aplica a cualquier historia que se pueda relatar, tanto el argumento de una tragedia o la intriga de una comedia como el tema de una fábula de Esopo. El mito se opone al logos como la fantasía a la razón, como la palabra que narra a la que demuestra. Logos y mithos son las dos mitades del lenguaje, dos funciones igualmente fundamentales de la vida del espíritu.
El mito no tiene un fin en sí mismo. Se cree en él o no, a capricho, por un acto de fe, si se le juzga “bello” o verosímil, o simplemente si se desea creer en él. El mito atrae así en torno suyo toda la parte irracional del pensamiento humano: está, en la naturaleza misma, emparentado con el arte en todas sus creaciones.
Para el griego, el mito no conoce fronteras. Se insinúa en todas partes. Es tan esencial para su pensamiento como el aire o el sol para su vida misma.

Presentación del blog

Este blog, como un bifronte griego tiene dos objetivos. Por un lado ser presentado ante las Cátedras de Didáctica (Prof. Ulzurrun) y Educación, Ciencia y Tecnología (Prof. Kapp), como trabajo final del Primer Año del Tramo de Formación Pedagógica para Profesionales y Técnicos.
Por el otro, ser utilizado como una novedosa herramienta para las clases de Prácticas del Lenguaje, que dicto en el 1º 1º ESB de la Escuela Técnica Nº 1 Julio A. Roca, en la ciudad de Miramar.
En este espacio, los alumnos encontrarán información adicional para las clases que ya he dado, y actividades para las siguientes. Espero que sea otra herramienta útil. Lo único que distingue de un hombre a otro es lo que sabe.
Prof. Rafael R. Fagonde