domingo, 22 de junio de 2008

TRabajo Práctico

Prácticas del Lenguaje
Trabajo Práctico. Curso: 1º 1º.
Profesor: Rafael Fagonde

La Odisea. Canto o Rapsodia 9.

La Odisea, junto a La Ilíada, representa a la excelsa literatura griega del período arcaico, con sus dioses, héroes y cuestiones humanas, que los enfrentan en aventuras y dilemas éticos y morales.
Ambas obras se le atribuyen a Homero, poeta épico que vivió ocho siglos A.C.
La Odisea está consagrada a Ulises, Rey de Itaca, hijo de Laertes y Anticlea y a su regreso a su a hogar. El héroe, tras pelear diez años contra Troya, pasó otros diez errando hasta poder retornar a su patria. Durante esos años, su fiel esposa, Penélope, esperó pacientemente noticias de él, mientras que su hijo Telémaco llegó a la madurez sin conocer a su padre. Mientras tanto, perseguido por Poseidón y protegido por Palas Atenea, Ulises fue de desgracia en desgracia, llevado por la adversa fortuna, unas veces por su propio error, otras veces por el de sus hombres, hasta que losa dioses se apenaron del valiente marino y le dejaron llegar a Itaca.
Ulises representa al ingenio, a la astucia para encontrar una salida, no duda en mentir para engañar a sus enemigos, hacerles creer cualquier patraña y salir bien parado. El fue el de la idea del caballo de Troya, que posibilitó a los aqueos a franquear los muros de Troya (Illion), para alzarse con la victoria de aquella larga guerra.
En el Canto o Rapsodia 9, Ulises narra al Rey Alcióon las peripecias sufridas por él y sus hombres, desde la partida de Troya. Narra la batalla con los Cicones, en donde varios compañeros de Ulises mueren, debiendo huir para salvar su vida y la de sus hombres.
Una tormenta imprevista se abate sobre los griegos. El viento soplará durante siete días y arrojará a la flotilla a un mar diferente del que había surcado hasta entonces. En lo sucesivo Ulises no sabrá dónde está ni volverá a encontrar pueblos como el de los Cicones, guerreros hostiles pero semejantes a él. De alguna manera cruza la frontera del mundo conocido, el oikoumenos humano, para entrar en un espacio de no humanidad, un mundo del más allá. A partir de ese momento, Ulises sólo se encontrará con seres de naturaleza casi divina como Circe o Calipso, que se alimentan de néctar y ambrosía, o de monstruos subhumanos como el Cíclope Polifemo o los Lestrigones, caníbales que se alimentan de carne humana.
Para los griegos, lo propio del hombre, que lo define como tal, es comer pan y beber vino, tener un cierto tipo de alimentación y reconocer las leyes de hospitalidad (muy importantes para la época), recibir al forastero en vez de devorarlo. El universo donde la tormenta ha arrojado a Ulises y a sus compañeros es precisamente lo contrario del mundo humano normal.
Luego de la tempestad, desembarcan en una tierra extraña. Para abastecerse de provisiones y agua, Ulises manda a varios hombres para explorar la tierra y ponerse en contacto con los habitantes del lugar. Estos son los Lotófagos (comedores de loto). Los hombres se alimentan de pan y vino. Si comen la delicada flor del loto, se olvidan de todo, no recuerdan su pasado. Dejan de vivir como los hombres, con el recuerdo de su pasado y la conciencia de quiénes son.
Al regresar con Ulises, sus hombres no recuerdan quiénes son, y no quieren abandonar esa tierra. El héroe los tomará por el cuello, y obligándolos a embarcar abandonarán esa tierra, que es el país del olvido.
A lo largo de todo el viaje, en cada momento el olvido, la pérdida de memoria de la patria y el deseo de regresar serán el trasfondo de todas las aventuras de Ulises y sus marinos. Estar en el mundo humano significa vivir bajo el sol, ver al prójimo y ser visto por éste, vivir en reciprocidad, recordar quién es uno y quiénes son los demás. Allí, por el contrario, penetran en un mundo donde las potencias nocturnas, extenderán gradualmente su sombra siniestra sobre el héroe y sus hombres.
La isla de los lotófagos queda atrás. Una bruma envuelve la nave, los remeros no saben hacia donde se dirigen. Finalmente llegan a un islote desconocido. La isla está rematada por un promontorio donde habitan esos gigantes monstruosos, que tienen un solo ojo en medio de la frente: Los Cíclopes. Su nombre proviene de kyklos (círculo) y ops (ojo). Independientes de toda ley, vivían de los frutos que les daba la tierra sin cultivo, y eran pastores.
Ulises deja al abrigo de una caleta el navío y con doce hombres asciende a la cima de la colina. Entran en una enorme cueva, donde descubren canastos con quesos y majadas de cabras. Los compañeros de Ulises sólo quieren robar algunos quesos y huir, pero él no. Quiero conocer al habitante del lugar. Ulises no sólo es el hombre que debe recordar, también aquel que quiere ver, conocer y experimentar todo lo que pueda ofrecerle el mundo, inclusive ese mundo infrahumano al cual ha sido arrojado. Su curiosidad siempre avanza un poco más allá, y en esta situación ella puede destruirlo. Llega el Cíclope, con sus cabras y corderos, y entran a la cueva. El cíclope es enorme. Al principio no advierte a estos hombrecillos como pulgas, ocultos en los rincones de la cueva, temblando de miedo.
De golpe los descubre y le pregunta a Ulises, que se ha adelantado a los demás
-¿Quién eres?
El griego responde con mentiras:
- He perdido mi nave, naufragamos, estoy a tu merced y vengo a implorar tu hospitalidad.
El Cíclope responde que no le interesan sus historias, toma a dos de sus hombres, los arroja contra la roca, los destroza y se los come crudos. Los demás quedan paralizados de terror y Ulises se pregunta en qué situación se ha metido. No pueden huir, ya que el monstruo cerró la boca de la cueva con una piedra gigantesca. Al día siguiente, el cíclope devora a cuatro de sus hombres, dos por la mañana y dos por la noche. Ulises ha tratado de engatusarlo con palabras, y entre los dos se establece una suerte de hospitalidad. Para crear una situación de hospitalidad, es habitual que cada uno diga al otro quién es, de dónde viene, quienes son sus padres y cuál es su patria. El cíclope se llama Polifemo. Ulises se presenta como Outis (nadie)
Outis, Nadie- exclama Polifemo. Ya que eres nadie, te comeré a lo último. Ulises le devuelve la cortesía obsequiándole un vino dulce, regalo del sacerdote Marón.
Luego de beber varios odres, el gigante se duerme. Ulises y sus hombres, tallan una punta en un gran tronco de olivo, lo calientan al rojo vivo en la hoguera, y se lo clavan en el único ojo del cíclope. Este, aullando de dolor, ciego, exclama ¡ Me están matando, nadie me está matando! Los cíclopes vecinos, que vive cada uno en un lugar distinto, se acercan alertados por los gritos.
- Polifemo ¿Qué te ocurre?
- Nadie me está matando.
- Pero si nadie te está matando ¿Por qué nos fastidias con tus gritos?- y se van.
Con otro truco de Ulises, logran salir de la cueva bajo los vientres de los carneros del gigante. Descienden por las laderas hasta alcanzar el barco. Sueltan amarras, y se alejan de la costa.
Ulises no puede resistir el placer de la jactancia y la vanidad, le grita a Polifemo:
Cíclope, si te preguntan quién te ha cegado, diles que fue Ulises, hijo de Laertes, Ulises de Itaca, saqueador de ciudades, vencedor de Troya, Ulises fecundo en ardides.
Naturalmente, quien escupe contra el viento se moja la cara. Porque el cíclope es hijo de Poseidón, el gran dios de todas las olas. El gigante herido lanza una maldición solemne contra Ulises, que sólo es válida si se indica el nombre de su destinatario. Si hubiera dicho “nadie”, tal vez la maldición hubiera quedado sin efecto, pero el cíclope revela el nombre de Ulises a Poseidón y clama por venganza: que Ulises no pueda volver a Itaca sin padecer mil sufrimientos, sin perder a todos sus camaradas y su nave, como un náufrago solitario y extraviado. Si alguna vez ha de volver a su patria, que lo haga como forastero, sobre un navío ajeno, no como el navegante que hace su regreso esperado al hogar en su propia embarcación. Al cegar al cíclope, dejándolo en la oscuridad, el dios del mar le hará recorrer a Ulises la ruta de todo lo que es nocturno, oscuro y siniestro.


Cuestionario:

1) En la versión de Ana María Shua ¿Quién es el narrador?
2) ¿Qué ocurre luego de la batalla con los Cicones?
3) La curiosidad de Ulises desencadena una fatalidad ¿Cuál?
4) ¿Por qué el marino se presenta como alguien llamado Nadie?
5) ¿Qué maldición lanza el cíclope?
6) ¿Qué dioses intervienen en el destino de Ulises y sus hombres?
7) Por último, elabora una reflexión personal acerca del Canto 9.

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